viernes, 28 de septiembre de 2012

INSPIRACION


Brita Seifert


Acaba la melodía, nos miramos y vienes a mí con una sonrisa, nos quedamos sentados viendo pasar la tarde llena de alicientes, fuera el mundo gira vertiginosamente, dentro se respira paz, nuestros silencios se mezclan con nuestras manos unidas y nuestras miradas se pierden en nuestro mundo interior, ese que vivimos intensamente como un río que baja de aquellas montañas, te abrazo y conectamos nuestras almas que se acarician, ahora la música nace en nuestro interior, habla de primavera en nuestros corazones y somos como brotes en un árbol que despierta, y somos como niños que con asombro miran a la vida, y somos un soplo en el universo o un amanecer en la montaña... ahora hablan nuestros cuerpos.

Saudades – 2012

martes, 25 de septiembre de 2012

"EL BIGOTES"





“Es el día a día muchacho”, me decía “El bigotes”, un tipo que se tomaba las cosas como vienen, un tipo que lo mismo acunaba a una mujer en su regazo que de un certero disparo mataba la ilusión, un tipo que nació a la orilla de un camino y en el camino se crió.
Me contaba que su hogar era la tierra y su techo la luna, que su destino era el no destino, el ir o el volver, él que estaba de vuelta de todo, que lo mismo quería a una mujer como mañana olvidaba su existencia, que nunca salió una sonrisa de su boca que usaba para masticar tabaco y para comer cuando comía, que no era todos los días.
Y en el camino de su no destino encontró lo que no buscaba, azules de cielo, blancos de nubes, verdes de prados, rojos de flores, ocres de arboledas... era el destino de su no destino, una mujer que no era otra mujer de las muchas que conoció, era la mujer.

Autor: Otto Mueller

El bigotes, el del camino del no destino dejó de caminar miró el universo que le rodeaba y vio que estaba todo en ella, y en su boca, de la que nunca salió una sonrisa salió una sonrisa, de sus ojos salió una mirada cuando nunca antes había mirado nada.
El bigotes, ese tipo que no iba ni venía se quedó, el bigotes acunó, abrazó, acarició, besó con pasión, algo de lo que no sabía que existiera, a la mujer, y la mujer de la mano le llevó a otro mundo, con destino, le llevó a un mundo desconocido para él...
...
Me lo decía el bigotes: “Muchacho... ahora sé que hay vida...”



El Bigotes 


Autor: Saudades


sábado, 22 de septiembre de 2012

LOS CUENTA CUENTOS




Aquesta provincia [de Catalunya] no sols es Espanya, mas es la millor d’Espanya.- C.Despuig, 1557


Para quienes han profundizado en la Historia no es aventurado afirmar que en todas las ocasiones en que Cataluña se ha rebelado contra Aragón primero y contra España después, la única causa ha sido la resistencia de las clases privilegiadas a perder sus derechos. El pueblo, el verdadero pueblo más pierde que gana con estos movimientos de rebelión y de lucha y sólo es un instrumento. En Cataluña, por las reminiscencias feudales, el pueblo era más que en cualquier otro lugar constante instrumento para los fines de sus opresores, de sus esquilmadores que, para asegurarse su concurso, le explicaban una historia fantástica y les predecían un porvenir más risueño que el que una adivina predice por diez euros.

Las disputas por cuestión de dinastías, de 1640 y de 1714, las llamaron luchas nacionales, a la esclavitud reglamentada llamáronle  fueros, y a la reforma o supresión de normas anacrónicas y antidemocráticas de la vida, atropello.

El separatismo es, ante todo, tradicionalista. A pesar de todas sus afirmaciones revolucionarias, propende a una regresión que recuerda el vasallaje de las remensas, el derecho de pernada, la división en brazos o castas, el exclusivismo gremial.

El separatismo, además, no tiene bases sólidas sobre las que asentarse. Es, en todo caso, la continuación de las ambiciones de las clases privilegiadas y favorecidas por los Condes de turno; el afán de sus descendientes por reconquistar el disfrute de un feudalismo que en estos tiempos se traduce en imperialismo de oficina, de fábrica, de taller y de campo. Y el pueblo en general, que sigue a los descendientes de los señores de pernada y de remensa, ahora como en los tiempos de Bera, de Wifredo y de Ramón Berenguer IV, recorre dócilmente el camino que le señalan, sin voluntad, sin detenerse a examinar quiénes y qué son los que le hacen servir de instrumento para sus fines, que, para saciar sus ambiciones no vacilaron en conducirles a una guerra civil para después desempolvar los tronos del feudalismo y recordar unos Usatges  en forzoso desuso desde que los reyes aragoneses dictaron leyes justas y sabias, y mucho más desde que la Revolución Francesa proclamó los Derechos del Hombre reconocidos hoy por todo el mundo civilizado, menos por los separatistas catalanes, que aspiran, como sus hermanos vascos, a retroceder en la Historia y en la civilización con las imposiciones y el engaño al pueblo,  que no son muy distintas de las de los señores y ricoshombres que les precedieron.

El sentimiento separatista no es como algunos afirman imperialismo, sino feudalismo, porque el imperialismo tiende a reunir, a engrandecer, mientras que el feudalismo tiende única y exclusivamente a satisfacer pasiones pequeñas de hombres pequeños en feudos pequeños, en la tribu, en el clan.

Cada uno de los agitadores del separatismo puede responder a una de tres condiciones: o es un descendiente de los privilegiados por el régimen feudal, o es un impostor que pretende suplantarlos o es un ESTAFADOR que instiga el odio estúpido a Castilla o España que los trileros mistificadores de la Historia le están inyectando desde  hace un siglo, en el corazón y en el cerebro.

Los primeros apenas existen; los impostores de la descendencia histórica, son muchos; pero los energúmenos bestializados son numerosísimos, son a estas alturas legión. Son la masa borreguil que los FARSANTES mueven a su antojo para esquilarle las lanas después de logrado el objetivo que se proponen.

Los “hechos diferencialesproclamado a través de los años  por esa casta de  farsantes para justificar su rebeldía frente al Estado, mejor dicho, frente a la soberanía del Estado Español, es sencillamente un mito, por no decir un invento, una leyenda compuesta por juntaletras habituados a falsear la Historia de sus mayores. Hechos diferenciales existen  entre hermanos, entre  un pueblo con respecto a otro cercano, entre el pueblo catalán comparado con el gallego como entre el gallego comparado con el catalán, como entre el gallego y el andaluz y viceversa, todos tienen hechos diferenciales y nadie reclama ser nación por eso, ni se ponen a mirar por encima del hombro al de la parcela de al lado.

Si en el orden político es absurdo pensar que los más de seis mil dialectos e idiomas del mundo pueden establecer otros tantos hechos diferenciales, o naciones, en el aspecto histórico es más absurdo partir de hechos que chocan frontalmente con lo que nos contaron o transmitieron las antiguas generaciones e inventar unas fantasiosas historias  dotándolas del título de artículo de fe para el rebaño, como verdad absoluta y como base para reclamar la nación que nunca existió.

Todos los pueblos de poderosa unidad política  despreciaron el hecho diferencial para constituirse en fuertes potencias, en vigorosas nacionalidades, sirviéndoles de aglutinante, de lazo, de vínculo indestructible el idioma principal de la nación. Este fenómeno es viejo ya en Europa y es más elocuente en la joven América.

Frente a estos hechos se levanta en Cataluña una pandilla de pseudo-sabios, de pseudo-historiadores y de pseudo-literatos que poco a poco crean, inventan una nacionalidad de la que sus mayores no se dieron cuenta, no necesitaron, porque ya la tenían, la española.

No se necesitan grandes esfuerzos para demostrar que la “nacioncita de cartón piedra” de los separatistas y sus “hechos diferenciales” como el del idioma, ese que hasta el siglo XVIII se conocía por lemosín y de origen occitano, no tienen una base sólida en que apoyarse, más bien se trata de un truco de trileros, o más bien de una imbecilidad manifiesta.

Afortunadamente hoy se escribe la HISTORIA a base de crítica y contrastando el trabajo del historiador con los distintos elementos  de comprobación y depuración que nos da el enorme legado de nuestros mayores en miles y miles de legajos, libros y archivos repartidos a lo largo de esta maltrecha España. La Historia no es leyenda o querer ser lo que no se ha sido. Al pueblo catalán, como al pueblo vasco o gallego no se le puede deslumbrar con Arcadias idílicas de mentes calenturientas que nos están llevando a tristes aventuras políticas por las taifas que han envenenado el espíritu nacional, dando por realidades las ficciones y por hechos de gran trascendencia los que no existieron en el tiempo.

 Maestros son los nacionalistas catalanes de todos los matices –de derechas, izquierdas o medio pensionistas- en el falseamiento de la Historia, continuadores de la fe púnica como bien dijo Ricardo Baroja; todas sus argumentaciones de carácter científico se derrumban estrepitosamente por la base –de barro- para caer en el mayor de los ridículos, con sólo consultar las crónicas de tiempos pasados y las obras de los historiadores que nos precedieron.

. . .


¿Me preguntas por qué compro arroz y flores?

Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir.

Confucio

miércoles, 19 de septiembre de 2012

EL CAPITÁN INTRÉPIDO


Ciuco Gutierrez


Cuenta una de las muchas leyendas, una de esas que circulan por los garitos de los puertos que hace mucho, muchísimo tiempo, bogaba por todos los mares un bajel de nombre “Intrépida” con un temible capitán a su mando “Saudades el Loco”, el solo nombrarle ponía carne de gallina primeriza al más curtido de los marineros.
Sus órdenes eran tan tajantes como el filo de su espada y sus barbas bañadas por el salitre atemorizaban al aire que respiraba, su pata de palo hacía eco al caminar por cubierta y su único ojo era como el del águila, siempre oteando el horizonte en busca de alguna presa, (el otro se marchó de vacaciones en la última batalla).
Pero no siempre van a ganar los piratas de pata de palo, nuestro capitán puso rumbo al  Mar de los Sargazos y fue su perdición, el mar, para tocarle los “cataplines” va y se secó, y allá va y encalla nuestro bajel en el fondo, en una especie de “canalillo” entre dos montecillos.
Y así acaba la historia del tristemente famoso capitán Saudades el Loco, allí dejó sus huesos, más seco que el palo de su pata.


Saudades - 2012



PD.- Si hubiera sido explorador se daría cuenta que no todo es lo que parece, pero sólo era el pirata de la pata de palo.
 

domingo, 16 de septiembre de 2012

LARGA CAMBIADA


Ya está anocheciendo, es posible que ella ya esté en casa, dejo el coche en el garaje y me acerco a comprar tabaco, de vuelta a casa recuerdo el regalo que olvidé en el coche, lo recojo, subo en el ascensor y abro la puerta, la casa está silenciosa, como vacía, entro en el dormitorio y allí está con una sonrisa pilluela y menos ropa que un recién nacido, el regalo sigue en mis manos, lo tengo olvidado ante la imagen que tengo delante, no sé si es una diosa o un demonio, la veo más cercana a lo segundo, más cercana al señuelo que nos suelta el tipejo ese representado con cuernos.


Le doy el ramo de flores y con la parsimonia que da la veteranía me quito poco a poco los ropajes de oficina, poco a poco me pongo el pijama y poco a poco me siento en el mirador a leer el libro inacabado.

Ella me lanza fuego por los ojos, me lanza rayos y centellas me tira el ramo de flores, que esquivo, y sale de allí dando un portazo que por poco tira la puerta.

Salgo, la cojo en mis brazos, me clava las uñas y me rasga la espalda como si un látigo me marcara, la doy un beso que la deja dando espasmos como si le faltara el aire, y ahora sí, la deposito en la cama, me quito el pijama, se abren los chiqueros y el miura se lanza al ruedo, la empitono, la revuelco, no le dejo salidas y queda atrapada en mis brazos, el cuerno poco a poco penetra en su cuerpo, se escuchan jadeos y se escucha un aviso y otro y al tercero sucumbe entre mis brazos.

Me pongo el pijama, vuelvo a mi libro y ella en cuclillas me observa, yo tranquilo, enciendo un cigarrillo, sigo leyendo...

Sobran las palabras, con la mirada nos entendemos… suenan los clarines, dejo el libro y me desprendo del pijama, es hora de que los dos juntos nos metamos en faena, seguro que ambos cortamos las dos orejas y el rabo, seguro que los ángeles de arriba y los de tendido bajo nos aplauden, seguro que los peones nos admiran, seguro que la noche guardará el recuerdo de una larga cambiada, de una verónica, de una manoletina y de una entrega por el amante y la amada como nunca la han tenido, suena el tercer aviso pero la plaza quiere más, los amantes se encuentran en la sima cerca del abismo, pero siguen entregados a la lucha cegados por el amor, o guiados por el amor.

La habitación huele a claveles, a feria, huele a vino y a verbena, huele a chotis, huele a hembra, y se escucha una respiración suave, acompasada, como si el sueño se apoderara del ambiente.

Felices sueños...

Saudades









jueves, 13 de septiembre de 2012

!TIERRA A LA VISTAAAAAAA!!!!




Panza arriba como un señor degustando los días que pasan sin sentir, siendo dueño de la inmensidad que me rodea me recreo viendo el bogar de mi velero “Anduriña” sin saber donde estará mi grumete, la Bella Afrodita, cuando de repente pego un respingo, escucho al grumete gritar ¡Tierra a la vistaaaa!!! , me levanto, me acerco el catalejo a mis ojazos y diviso una isla verde como los ojos de mi grumete, nos acercamos con precaución y en una playa veo a unos indios con pinturas de guerra esperándonos en la playa, se les nota hambrientos pero no serán ellos los que se coman a mi Bella Afrodita, esos manjares exquisitos son para ser acariciadas por mis manos de pianista, damos la vuelta y allí los dejamos con las ganas, ¡Nos ha jodío!
Seguimos bogando por la inmensidad de los mares, nos espera el horizonte plagado de olas y mar en calma, la brisa se embelesa acariciando tu piel mientras el sol te quiere hacer suya, yo te miro y te admiro, yo te vivo y sé que los mares aplauden tu paso con las olas que se estrellan en el casco del velero, y la noche nos regala un cielo estrellado que compite con la luz de tus ojos, llega la calma y duermes, te arropo y velo tu sueño, y poco a poco, en sueños, me veo navegando por los mares del cielo, tú a la proa dirigiendo nuestro vuelo y yo en la popa admirando un único cielo, tú.

                                                              Saudades - 2012

lunes, 10 de septiembre de 2012

"LA DIADA"... ESA ODA A LA MENTIRA


 
¡GRANDÍSIMOS ESTAFADORES A UN PUEBLO! 



Mañana,  11 de septiembre,  veremos, con gran solemnidad y pompa una procesión, pero no una procesión cualquiera, no hijo no, ésta es única en el mundo mundial, se honra el monumento a un  cobarde, a uno que salió por piernas. ¿Verdad que son originales? Veremos delante a los Generales de las distintas tendencias Separatistas incluidos los Progretas, detrás a los Centuriones, más atrás a los ciegos de base, palanganeros,  planchalevitas, victimistas, okupas, antisistemas, trepas y rebaño en general,  de la “Cosa  Catalibán”, mientras,  el pobre hombre del monumento diciendo para sus adentros:  ¡Yo no he sido,  Collons...!

. . .

Henry Kamen es un prestigioso historiador e hispanista británico, que hace pocos meses publicó su última obra titulada “Felipe V: el rey que reinó dos veces”, y que en diversas ocasiones ha conseguido irritar al nacionalismo estafador catalán con declaraciones históricas de gran calado. De todas ellas la más clara es la opinión que tiene el historiador de los hechos ocurridos el 11 de septiembre de 1714 en Barcelona.

 

El historiador, tras una serie de investigaciones, que no han necesitado ser muy exhaustivas para mostrar hechos reales tal y como sucedieron, ha redactado una serie de acontecimientos que la historia nacionalista-separatista catalana ha ido desfigurando a lo largo del tiempo, principalmente desde finales del siglo XIX, momento en el que se configura el catalanismo, paso previo del actual nacionalismo y que ya ha dado paso a una fuerza separatista radical. Estos acontecimientos que el nacionalismo catalán abandera como fuerza nacional catalana contra las tropas españolas y que tienen en el 11 de septiembre de 1714 su punto de celebración –hay que ser un poco masoquista para celebrar una derrota- como día nacional catalán-  son hechos de resistencia local, es decir, la resistencia de las tropas del archiduque Carlos y pretendiente al trono real español, no olvidemos esto último, es básicamente en Barcelona y no en toda Cataluña como quieren hacernos ver los perdedores de hoy. Además, la resistencia al ataque borbónico que se lleva a cabo en la ciudad condal tiene una duración de trece meses, con lo cual la fecha del once se septiembre no es más que la fecha de la última derrota, pero ¿por qué no nos recuerdan la fecha del inicio del sitio? O mejor aún, ¿por qué no celebramos durante trece meses el día nacional de Cataluña?

Una de las mayores mentiras que se han contado y se siguen contando, sobre todo por los historiadores y profesores universitarios, es que la guerra fue entre catalanes y españoles. Como si hubiese sido una guerra entre dos naciones o dos estados. Algo que es totalmente falso, ya que la lucha fue entre partidarios del pretendiente borbónico Felipe de Anjou y partidarios del pretendiente Carlos de Austria. Recordemos, nuevamente, que era una guerra civil española, del siglo XVIII, y una guerra civil no es una guerra entre territorios si no que es una guerra entre dos bandos de un mismo territorio. Algo parecido sucede con la guerra civil de 1936 –1939, los nacionalistas catalanes dicen algo así como que Cataluña perdió la guerra civil y la ganó Franco. Pues vaya falacia. La guerra civil (la del siglo XX sobre todo) la ganan unos y la perdemos todos. Y en el bando borbónico, el que sitiaba Barcelona, encontramos a muchos catalanes y muchos de la Corona de Aragón. 

Pero esto no es todo, no solo el ejército borbónico tenía contingentes de catalanes, si no que la mitad, aproximadamente, del ejército sitiado estaba compuesto por alemanes. Que siete días antes del 11 de septiembre, el día 4, Rafael Casanova rechazara una rendición digna con Berwick, que estaba al mando de las tropas borbónicas, tampoco se cuenta en las universidades y libros pro-separatistas catalanes. Que las pérdidas de las tropas sitiadas fue de 6.000 combatientes, aproximadamente, sí se cuenta, pero que en el otro bando murieron alrededor de 2.000 soldados no se cita en ningún sitio. Que entre Casanova y Villarroel no existía buena sintonía lo demuestra la dimisión de este último tras rechazar la propuesta de paz del 4 de septiembre, y no como quieren vendernos ahora los nacionalistas catalanes de que tanto uno como otro son héroes de la patria por la defensa de unos valores, unos sentimientos y una tierra, que realizaron juntamente.


Pero para demostrar, una vez más, que el nacionalismo es obtuso, cerrado e irreal, sólo tenemos que ver el siguiente dato. El héroe de la nación, Rafael Casanova, que defendió Barcelona, hasta su salida por piernas disfrazado de fraile, estaba ya apenas cinco años después en Barcelona, ejerciendo de abogado, viviendo en una casa de gente bien asentada, con dos criados y con numerosas posesiones adquiridas por parte de la familia de su esposa.

¡Qué héroe y cuánto perdió Cataluña! ¡Menuda represión!


Claro que todo esto no lo cuentan los libros -subvencionados- de los estudiantes en las escuelas, los institutos y menos aún, los libros que se recomiendan en las universidades. Tiene que venir un historiador británico a explicarnos nuestra historia, la historia de una guerra civil en el siglo XVIII, una guerra en la que muchos catalanes perdieron pero muchos otros ganaron, igual que el resto de españoles. Una guerra que el nacionalismo catalán cree –o quiere hacernos creer- que perdimos todos los catalanes. Una guerra que perdió el nacionalismo catalán.


. . . 

Pero no necesita contárnoslo Henry Kamen, lo han contado otros historiadores, pero los nacionalistas no dejan que entre la luz en su chiringuito, no sea que se les acabe el chollo. 

El eminente historiador y político barcelonés Antoni Capmany, quizá el más ardoroso agitador patriótico en los días de la Guerra de la Independencia, recordó esta voluntad de lucha por España que caracterizó a los catalanes de 1714. 

En comparación con la guerra contra la Francia napoleónica, durante la que escribía estas palabras y de la cual decía que “se trata de vencer o vivir esclavos”, recordaba Capmany la Guerra de Sucesión: 

 En la guerra de sucesión que afligió la España, no se trata de defender la patria, ni la nación, ni la religión, ni las leyes, ni nuestra constitución, ni la hacienda, ni la vida, nada de esto peligraba en aquella lucha. Solo se disputaba de cuál de los dos pretendientes y litigantes a la Corona de España debía quedar el poseedor. Estaba la nación dividida en dos partidos, como eran dos los rivales; pero ninguno de ellos era infiel a la nación en general, ni enemigo de la patria. Se llamaban unos a otros rebeldes y traidores, sin serlo en realidad ninguno, pues todos eran y querían ser españoles, así los que aclamaban a Carlos de Austria como a Felipe de Borbón. 

 Era un pleito de familia entre dos nobilísimos Príncipes, muy dignos cada uno de ocupar el trono de las Españas. Con ninguno perdía la nación su honor, independencia y libertad; sólo la Corona mudaba de sienes, pero la monarquía quedaba ilesa”.  

La mayoría del pueblo español, tanto en las provincias castellanas como en buena parte de las aragonesas y valencianas, y no pocas comarcas catalanas, como Arán, o lugares como Cervera, Berga o Figueras, inclinó sus simpatías hacia Felipe V por la doble razón de ser el candidato designado por el difunto rey y de ser defendido por ejércitos totalmente católicos, mientras que las tropas inglesas y holandesas al servicio de su contrincante sólo despertaron hostilidad en una población acostumbrada a ver en los protestantes a sus enemigos irreconciliables. Cuando los catalanes se vieron abandonados por sus antiguos aliados en los últimos meses de la guerra, hicieron multitudinarias ceremonias religiosas para pedir el perdón divino por haber confiado en la alianza con los herejes anglo-holandeses.  

El 17 de abril de 1711 el archiduque Carlos heredaba la corona imperial tras la muerte de su hermano el emperador José I.

Abandonados los barceloneses por sus antiguos aliados, la Diputación, el Consejo de Ciento y la Junta de Brazos decidieron, sin embargo, resistir hasta el final. Como conseller en cap fue designado Rafael Casanova. El mando militar fue confiado a Antonio de Villarroel. Si bien tanto Casanova como Villarroel eran partidarios de la capitulación negociada, no les quedó otra que dirigir con gran tesón la última defensa de la ciudad.

Casanova, Villarroel y los demás responsables del gobierno de la ciudad promulgaron un bando para convocar a los barceloneses a una última defensa.  

He aquí el Bando ocultado por estos GRANDÍSIMOS ESTAFADORES:  

“Ara ojats, se fa saber á tots generalment, de part dels tres Excms. Comuns, pres lo parer dels Senyors de la Junta de Gobern, personas asociadas, nobles, ciutadans y oficials de guerra, que separadament estan impedint lo internarse los enemics en la ciutat; atés que la deplorable infelicitat de esta ciutat, en que avuy resideix la llibertat de tot lo Principal y de toda Espanya, está esposada al ultim extrem, de sujectarse á una entera esclavitud. Notifican, amonestan y exhortan, representant pares de la patria que se afligiesen de la desgracia irreparable que amenaza lo favor e injust encono de las armas gali-spanas, feta séria reflexió del estat en que los enemichs del Rey N.S., de nostra libertat y patria, estant apostats ocupant todas las bretxas, cortaduras, baluarts del Portal Nou, Sta. Clara, Llevant y Sta. Eulalia. Se fa á saber, que si luego, inmediatament de ohit lo present pregó, tots los naturals, habitans y demés gents habils per las armas no se presentan en las plassas de Junqueras, Born y Plassa de Palacio, á de que unidament ab tots los Senyors que representan los Comuns, se poden retxassar los enemichs, fen lo ultim esfors, esperant que Deu misericordias millorará la sort. Se fa també á saber, que essent la esclavitud certa y forzosa, en obligació de sos empleos, explican, declaran y protestan als presents, y donan testimoni als veniders, de que han executat las últimas eshortacions y esforsos, protestant de tots los mals, ruinas y desolacions que sobrevinguen á nostra comuna y afligida patria, y extermini de tots los honors y privilegis, quedant esclaus amb los demés enganyats espanyols y tots en esclavitud del domini francés; pero com tot se confía, que tots com verdaders fills de la patria, amants de la llibertat, acudirán als llochs senyalats á fi de derramar gloriosament seva sang y vida, per son Rey, per son honor, per la patria y per la llibertat de tota Espanya, y finalment los diu y fan saber, que si despres de una hora de publicat lo pregó, no compareixen gent suficient per ejecutar la ideada empresa, es forsós precis y necessari fer llamada y demanar capitulació als enemics, antes de venir la nit, per no esposar á la mes lamentable ruina de la Ciutat, per no esposarla a un saco general, profanació dels Sants Temples, y sacrifici de noys, donas y personas religiosas. Y pera que á tots sia generalment notori, que ab veu alta, clara e intelligible sia publicat per tots los carrers de la present ciutat. Donat en la casa del la Excma. Ciutat, residint en lo portal de S. Antoni, presents los dits senyors Excms. Y personas asociadas, a 11 de Setembre, á las 3 de la tarde, de 1714”.  


Traduzco una pequeña parte de la proclama convocando a los barceloneses a empuñar las armas:  

"Se hace también saber que siendo la esclavitud cierta y forzosa, en función de sus empleos explican, declaran y protestan a los presentes, y dan testimonio a los venideros, de que han ejecutado las últimas eshortaciones y esfuerzos, protestando de los males, ruinas y desolaciones que sobrevengan a nuestra común y afligida patria, y del exterminio de todos los honores y privilegios, quedando esclavos con los demás españoles engañados, y todos en esclavitud del dominio francés; pero se confía, con todo, que como verdaderos hijos de la patria y amantes de la libertad acudirán todos a los lugares señalados a fin de derramar gloriosamente su sangre y vida por su rey, por su honor, por la patria y por la libertad de toda España".

Hoy día,  todos  los 11 de septiembre los nacionalistas les rinden homenaje como defensores de la independencia de Cataluña contra España, y lo hacen sin sonrojarse ni caérseles la cara de vergüenza.

Breve semblanza


Antonio de Villarroel y Peláez, de padre toledano y madre asturiana, había nacido en 1656 en Barcelona, donde había sido destinado su padre. Participó en el asedio de Ceuta contra los marroquíes en 1695 y en la defensa de Barcelona contra los franceses en 1697. Partidario de Felipe V durante los primeros diez años de la guerra, tomó parte en la conquista de Requena, Valencia, Mequinenza, Balaguer, Lérida y Tortosa, entre otras acciones. En 1710, tras las derrotas borbónicas de Monterrero y Zaragoza, pasó a Madrid, donde había entrado el archiduque Carlos, para ponerse a su servicio.  

En la toma de Barcelona fue herido de bala en una rodilla, tras lo que fue trasladado a su casa, desde donde dio orden de tocar a parlamento y enviar una comisión para negociar la capitulación. Tras la derrota fue recluido en el alcázar de Segovia, donde fue liberado en 1725 al firmarse el tratado de Viena, que ponía fin a las hostilidades entre Felipe y Carlos.

- - -

 Rafael Casanova y Comes había nacido en Moyá a mediados del siglo XVII. Tras realizar estudios jurídicos en Barcelona, se instaló en dicha ciudad para ejercer la abogacía. Casanova fue un personaje de escasa relevancia, prácticamente olvidado por los historiadores -incluidos los catalanes-, durante dos siglos, hasta su recuperación por parte del nacionalismo a finales del siglo XIX con caracteres míticos y diametralmente alejados de la realidad. Nombrado por turno conseller en cap el 30 de Noviembre de 1713, fue partidario de la negociación con el otro bando, aunque, tomada mayoritariamente la decisión de resistir, luchó al mando de los defensores de Barcelona, enarbolando el estandarte de santa Eulalia, patrona de la ciudad, hasta que resultó herido levemente en un muslo la mañana del 11 de septiembre. Ordenó quemar sus papeles y delegó los tratos de rendición en sus subordinados. Acordó con sus familiares que consiguieran un certificado de defunción y le hicieran pasar por muerto, como fue recogido en el libro de entradas del Hospital de la Santa Cruz, tras lo que consiguió salir de Barcelona disfrazado de fraile. Reapareció pocos años después, en 1719, y ejerció la abogacía en Barcelona hasta su fallecimiento, ya octogenario, en 1743.  

Mi pregunta es:  

¿Alguien encuentra algún atisbo de separatismo o de nacionalismo catalán en la proclama que tan fraudulentamente se celebra en nuestros días?  

Y otras preguntas:  

¿Se enseña esta proclama en los colegios catalanes?

¿Es Casanova un “héroe” al que como tal  rinden pleitesía los estafadores nacionalistas cada 11 de septiembre con gran pompa?

Está muy claro que los estafadores nacionalistas ocultan y desfiguran su historia. 

 - - - -

Después llega el fraude con su particular "aborregamiento para la ciudadanía": 

Dos siglos después de estos acontecimientos, el 11 de septiembre de 1937, Antonio Rovira i Virgili, eminente ideólogo del nacionalismo catalán de la primera mitad del siglo XX, escribía un artículo en el que explicaba a sus paisanos en qué había consistido la lucha de 1714: 

"Se han ido borrando las interpretaciones parciales y equivocadas de la guerra de Sucesión. Hoy todos reconocen que, por encima del dinastismo de unos cuantos catalanes y de las desviaciones que en ciertos momentos se produjeron, los héroes de 1714 dieron su sangre y su vida por el doble ideal de libertad: la libertad de los catalanes como hombres y la libertad de Cataluña como nación. Por eso todas las enseñas catalanistas, republicanas y obreras son enarboladas hoy en honor de aquellos héroes". 

¡Haciendo patria, el estafador! 

Este "eterno catalán" si bien no tan marcado e insistente como el "eterno vasco" que tanta importancia tiene el discurso que "detecta abertzales ya en la última glaciación", se encuentra enunciado en numerosos textos de los nacionalistas-mentirosos, y no en los menos importantes. Prat de la Riba consideraba lo catalán como algo inmutable, telúrico, establecido nada menos que "desde Murcia al Ródano" ya en tiempos prehistóricos, e imperturbable ante las sucesivas oleadas tartésicas, griegas, cartaginesas y romanas, que, al parecer, nada dejaron ni en nada influyeron en la creación de lo catalán: 

"Pero bajo el peso de la dominación romana el espíritu de las viejas nacionalidades latía con fuerza, la unidad romana sólo existía por encima (...) cuando ya el poder político de Roma había saltado hecho pedazos, salieron a la luz de la historia los viejos pueblos soterrados, cada uno hablando su lengua, y la vieja etnos ibérica, la primera, hizo resonar los acentos de la lengua catalana desde Murcia a la Provenza, desde el mediterráneo al mar de Aquitania. Ligurios, gaélicos y tartesios, griegos y fenicios, cartagineses y romanos, no habían hecho retroceder un sólo palmo de tierra a nuestro pueblo (...) esa transformación de la civilización latina en civilización catalana, es un hecho que, por sí solo, sin necesidad de ningún otro, demuestra la existencia del espíritu nacional catalán" (Prat de la Riba, La nacionalidad catalana). 

Así pues, según el principal ideólogo del catalanismo la civilización latina se transformó, con la caída de Roma !en civilización catalana!, y ello en virtud del "espíritu nacional catalán", ese algo indefinible que estaba ya allí desde la prehistoria y que, al parecer, nada tiene que ver con los griegos, romanos o godos. El pueblo catalán "de Murcia al Ródano", habríase mantenido impertérrito a toda influencia exterior. Cartagineses, griegos y romanos debieron limitarse a establecerse por allí de paso, sin contacto con los "protocatalanes", para después recoger sus cosas e irse. Los catalanes de hoy nada deben a Roma, por lo tanto. La prueba está en que, cuando cayó el Imperio, "nuestro pueblo" -como dice Prat- empezó a dejar oír su lengua, que, como todo el mundo sabe, nada tiene que ver con el latín. 


La realidad es muy otra, el “catalán” como supuesto idioma, es una derivación de la lengua provenzal, o lengua D’oc y no se habló siempre en lo que hoy conocemos por Cataluña. Es más, basándonos en la historia de nuestra patria, Iberia o Hispania, como prefieran, el occitano-catalán se habla hace poco más de 800 años, cuando la historia documentada de nuestros antepasados íberos data de hace más de 3.000 años. Recuerdo que Barcino, Tarraco, Gerunda e Ilerda, son provincias trimilenarias y muy anteriores al catalanismo.  

La historia de los “nacionalistos” es la oda a la mentira, a la falsedad, al engaño, a la manipulación y a la miseria que acompaña toda su existencia. Son usurpadores y ultrajadores de la memoria y del legado del pueblo catalán.  

Y este eterno hecho catalán, evidentemente, es enfrentado por los propagandistas del nacionalismo-estafador con igual eterno antagonista, España, con la cual los catalanes no han debido tener nada que ver como no sea para enfrentarse. La ocultación de España en los textos inspirados por el nacionalismo-estafador catalán llega a menudo a cotas de virtuosismo. Por ejemplo, son numerosas las ediciones de antiguos textos catalanes plagados de referencia a España y los españoles, en los que los comentarios de los editores actuales evitan como la lepra la palabra España, utilizando "la Península" o cualquier otro giro que la consiga rodear. Luis González Antón recoge el caso de la edición del pseudo Boades por el historiador Enric Bagué. El autor medieval catalán, naturalmente, escribió sobre la riqueza, belleza y nobleza "de Spanya", "el rey dels gots de Spanya", los sarracenos que "pasaron a Spanya" donde tuvieron que luchar contra los "spanyols". Pues bien, para explicar y anotar dicho texto, el editor se refiere sistemáticamente a "la Península" al "reino visigodo peninsular" o a "la expedición sarracena a la península". 

 "En este tipo de engaños culpables se ha educado -y se sigue educando- a generaciones de catalanes, a los que se hurta así una dimensión esencial de su propia historia".


. . . 

O como una guerra entre españoles, los nacionalistas catalano-estafadores la convierten en una guerra entre Castilla y Francia contra Cataluña, Inglaterra y Austria. La verdad es que en sus mentiras no se andan a la zaga de los vascos.

En el año 1.700 murió sin descendencia el degenerado último vástago de la dinastía habsbúrgica. En su testamento nombró heredero a su sobrino-nieto Felipe de Anjou, nieto también del poderoso Luis XIV de Francia. El nuevo rey se casó con María Luisa de Saboya precisamente en Barcelona. Dos años después, los enfrentamientos entre Francia y sus enemigos abrieron frente en España al reconocer Inglaterra, Austria y Holanda al Archiduque Carlos de Austria como el legítimo heredero de Carlos II -como si estas naciones pudieran dictar quién debía ser rey de España-. Pieza fundamental en esta estrategia contra la Francia de Luis XIV y su nieto el nuevo rey de España fue el aprovechamiento de la francofobia de los catalanes. Ante los ataques de la escuadra anglo-holandesa, el virrey de Cataluña hubo de rendirse y Carlos de Austria fue proclamado rey en Barcelona.

Si bien los territorios castellanos fueron borbónicos y los aragoneses austracistas, la guerra civil se generalizó en toda España. Hubo ciudades y comarcas del antiguo reino aragonés que se mantuvieron fieles a Felipe V (el valle de Arán, muchas comarcas del interior de Cataluña, el interior de Valencia, buena parte de las provincias de Castellón y Alicante, las comarcas aragonesas de Tarazona, Borja, Calatayud, etc.) y hubo ciudades castellanas que proclamaron rey al Archiduque Carlos o que permitieron su entrada (Toledo, Alcalá, Madrid, etc.). Al igual que por provincias, también entre las castas aristocráticas se produjo esta división entre austracistas y borbónicos. Por ejemplo, el propio Almirante de Castilla, Duque de Medina de Rioseco, fue un destacado austracista.

La guerra finalizó en 1.714 con la victoria del bando borbónico. La última resistencia austracista fue Barcelona, ya sin demasiado sentido tras la renuncia tres años antes al trono español por parte del Archiduque Carlos a causa de haber sido nombrado Emperador de Austria.

En el asedio a Barcelona participaron miles de catalanes integrando el ejército de Felipe V, que entraría en la capital catalana el 11 de Septiembre de 1714. Y otros miles de catalanes y alemanes lucharon en el bando de los sitiados en defensa de lo que ellos estimaban legítima dinastía española y de "la libertad de toda España" como dejaron claro en los comunicados que emitieron. Antonio de Villarroel, jefe militar de los barceloneses, lo repitió en su último discurso al recordar que combatían "por nosotros y por toda la nación española".

El 11 de Septiembre ha sido elevado por el nacionalismo-estafador a un pueblo a la categoría de "Diada nacional de Cataluña", como símbolo de una supuesta resistencia nacional catalana contra el imperialismo castellano, cuando la realidad no tuvo nada que ver con semejante cosa. Como ejemplo de manipulación de la historia, de nuevo la página web de Convergencia Democrática de Cataluña:

"El centralismo y el espíritu colonizador de Castilla hacia Cataluña se fueron intensificando hasta que, en 1714, durante la Guerra de Sucesión, Castilla y Francia aliadas, vencieron a Cataluña, Inglaterra y Austria"

¡Estas mentiras se enseñan en las escuelas catalanas!

De este modo, un enfrentamiento civil entre españoles de todas las regiones entre sí por motivos de fidelidad dinástica en el entorno de los enfrentamientos entre las potencias europeas del momento, se convierte por obra del prejuicio nacionalista en una guerra entre naciones, siendo Castilla, naturalmente, enemiga de ese invento de nación llamada Cataluña.

La consecuencia más importante de la defección en favor del pretendiente Carlos -considerado delito de lesa majestad- fue la abolición de las instituciones forales que habían regido tradicionalmente los antiguos territorios de la Corona de Aragón. El derecho general castellano, más técnico y sistematizado, pasó a sustituir los viejos ordenamientos forales, en gran medida anclados en instituciones estamentales caducas de origen medieval.

En los "decretos de Nueva Planta" los autores nacionalistas han visto el fin de la independencia del "estado catalán" -estado que nunca existió e independencia imaginaria a partir de la existencia de órganos e instituciones privativas de cada territorio desde los lejanos tiempos medievales.

En cuanto a la acusación de ensañamiento lingüístico por parte del Decreto de Nueva Planta (para ensañamiento lingüístico el que practican ahora los nacionalismos vasco, gallego y catalán), ni siquiera mencionó la lengua catalana. Se limitó a establecer que "las causas de la Real Audiencia se sustanciaran en lengua castellana", lo cual no comporta ninguna discriminación hacia el catalán pues hasta entonces la lengua utilizada en estos casos, y que se quería sustituir, había sido el latín.

Y no debe olvidarse la importancia que en el retroceso de la lengua catalana tuvo el desinterés -que venía de antiguo- que la mayoría de los catalanes mostró hacia ella, quedando arrinconada en las aldeas ante el espontáneo desuso por parte de los catalanes tanto en la vida intelectual como en la cotidiana.

Por otro lado, como multitud de autores nacionalistas no han podido dejar de reconocer y no han cesado de lamentar, la eliminación del régimen foral en 1.714 y la subsiguiente uniformización jurídica no levantó prácticamente ninguna protesta en SIGLO Y MEDIO. El siglo XVIII catalán, que arrancó con lo que los nacionalistas-estafadores llaman hoy "pérdida de la independencia nacional", evidenció el desinterés por parte de los catalanes hacia dichas viejas estructuras y una ausencia de sentimiento de agravio por su eliminación, debiendo esperar al nacionalismo de finales del siglo XIX para hacer "sentir" dicho sentimiento de agravio. Además, la desaparición del antiguo régimen foral posibilitó la modernización y la vitalidad social y económica de Cataluña hasta situarla a la cabeza de España.

Los nacionalistas catalanes llevan un siglo echando en cara a Castilla la pérdida de sus regímenes forales. Pero si Cataluña perdió sus fueros no fue por culpa de Castilla, sino de un rey francés, el primer Borbón de España, que introdujo la política centralizadora de su país secundado por economistas franceses de la escuela de Colbert. El que la Corte de dicho rey radicase en Madrid no hace a Castilla culpable de la política regia. Además, los primeros en perder sus libertades ante el poder real fueron los castellanos con Carlos I, dos siglos antes que los catalanes.

¡Qué pena que estas cosas, que nos quieren ocultar,  no se difundan por la aldea separatista!

¡Saludos Spanyols!

 

“Cuando se derrumban los falsos castillos en la  arena la playa vuelve  a su ser”  - (Saudades)