lunes, 22 de diciembre de 2014

ES NAVIDAD




Amanece (señal de que era de noche), fuera está nevando, media vuelta, se está tan calentito en la cama, la aldea sigue en silencio después de una larga noche de celebración, la Nochebuena, todos unidos lo celebramos en una gran carpa que nos preparó Teodosio el de la señá Nicanora, es un manitas, aún supongo que quedarán los rescoldos de las grandes hogueras que nos alumbraban y calentaban el ambiente en el festín.

Nuestra cena fue muy sencilla como corresponde, unos botillos, butifarras, lomos 5J, jamón de los famosos cerdos aldeanos con la pezuña chamuscada, percebes de la charca, almejas, de las de concha, gambones del río Aysivoyconloquetedoy, eso para entrar en calor, después los platos fuertes, besugo al horno, cordero asado, chuletas de cabrito, y no miro a nadie de la aldea, toro padre asado entero, como corresponde, todo regado con los ricos tintos de la aldea, tan ricos que los exportamos, a todas las aldeas vecinas, y de postre turrón del duro, pero muy duro, reserva de cinco años o más, después puro y copa y bailoteo, allí me pegué como una lapa a la Bella Dorotea y lo que el hombre ha unido no lo separa ningún aldeano, he dicho.

Y no creáis que nos hemos olvidado de los que menos tienen, hemos invitado a los más humildes de los alrededores, no les ha faltado de nada, sobre todo nuestro cariño, y esto no es flor de un día, siempre que necesiten nuestra ayuda la tendrán que el año tiene 365 días, todos con las mismas necesidades.

Ahora que lo pienso, y mira que pienso poco, olvidé desearles a todos los humanos algo tan sencillo como FELICIDAD, y a esos humanoides que disfrutan y se enriquecen haciendo pasar hambre a tantos pueblos de la tierra, a esos que matan en nombre de una religión, triste incongruencia, les digo que ellos se lo pierden porque no conocen la más hermosa de las palabras… AMOR.

 

¡FELIZ NAVIDAD!

 

Saudades 2014





Estaré fuera unos días pero como castigo os digo que: 

    ¡VOLVERÉ!!!!
 
 

lunes, 15 de diciembre de 2014

EL PROCESO DE CREACIÓN


Perdonar al pesado este, ya está otra vez con el tema de sus brochazos,  pero cuando hago algo con mucha ilusión, como es el caso, me gusta compartirlo. Este trabajo que pongo a continuación es el último, de momento, pues ya tengo otro en cartera, y es el que más me ha costado terminar, el dedo muchas veces se quedaba dolorido de apretar el soldador contra la madera sobre todo al hacer las sombras. Ha durado tres o cuatro días de cinco o seis horas diarias aprovechando las más de las veces la soledad y silencio de la noche, es decir, quitándole horas al sueño.

Lo he dividido en tres partes, los inicios donde está el trabajo más creativo y donde ya se atisba el personaje, la segunda parte, la más monótona, aburrida y pesada donde ya se dan las sombras y se dibuja la vestimenta, en este caso un burdo jersey, y la tercera parte donde ya se ve el resultado final con los toques de blanco en el pelo.

Creo que no hace falta dar el nombre del personaje, es mundialmente conocido, más que el loco de las canillas al aire,  y espero que guste este nuevo medio para mí de plasmar un retrato.

!Como niño con juguete nuevo el loco Sau!!!

Muchas gracias por aguantarme.


 
 
 
 
 
 
 
 

Acabo de terminar un nuevo retrato, espero que guste.
 

 
                         Ernest Hemingway
 
 

                     
                        Saudades - 2014


miércoles, 10 de diciembre de 2014

"PUESTO YA EL PIE EN EL ESTRIBO"




En la calle del León madrileña, Cervantes lucha contra la muerte con verdadero coraje. Los síntomas más evidentes son arterioesclerosis y problemas cardiacos. Varias teorías pretenden acertar en el diagnóstico de la enfermedad que pudo más que los arcabuzazos de Lepanto y los azotes argelinos. Los físicos de la época diagnosticaron hidropesía, atendiendo al síntoma de continua sed que padecía el escritor. La enfermedad debía ser diabetes, dolencia que no fue descubierta hasta la primera mitad del siglo XX.

Lo cierto es que Cervantes, a sus sesenta y ocho años, siente que disminuyen sus fuerzas día a día, pero todavía tiene coraje para cumplir la promesa hecha al conde de Lemos de terminar los trabajos de Persiles y Segismunda que, efectivamente, acaba en las primeras semanas de marzo de 1616.

Miguel vive con su mujer y dedica su tiempo a corregir y pulir su última novela, porque presentía que esta obra era algo así como el canto del cisne. Sale poco, camina despacio y cansino por las laberínticas calles de su barrio madrileño, se reúne con gentes de letras y de la farándula, y está en contacto con su nuevo editor Villarroel. También acude con frecuencia a misa en la iglesia de las Trinitarias.

En estas jornadas, que sabía las últimas, conversa sobre todo con el escribano Martínez, dueño de la casa donde vivía. Hace balance de su vida, recuerda tiempos pasados con la natural añoranza y lee a su amigo los nuevos capítulos del Persiles, verdadera filigrana nacida de su potente imaginación. Esta novela tan rica de peripecias muestra claramente la prisa del escritor por acabarla. Acortándola ostensiblemente, la termina y comienza a redactar el prólogo.

En una carta del escritor a su benefactor, don Bernardo de Sandoval y Rojas, confiesa la proximidad del fin con estas palabras: "...pero el fin tanto arrecia que creo que acabará conmigo". Fiel a su espíritu creyente, decide profesar en la Orden Tercera de San Francisco, a la que él y su mujer ya pertenecían como simples cofrades; y un día 2 de abril, el último abril de su vida, se lleva a cabo el piadoso acto en el que intervinieron el sacerdote Francisco Martínez y su padre el escribano. En el acta que se redactó consta que "...profesó en su casa por estar enfermo el hermano Miguel de Cervantes".

Tras esta profesión que dejaría su espíritu confortado, la vida sigue pareciéndole importante y bella. En su afán de agarrarse a ella, toma la decisión de ir a Esquivias, porque si durante tantos años la villa toledana había sido el alto en el fatigoso camino de su ajetreada existencia, ahora, en su deseo de recobrar las fuerzas, es una esperanza de remedio contra el mal que le tiene esquelético y desfallecido.

Pero todo fue en vano. El viaje resultó agotador y, una vez en Esquivias, apenas pudo ver el familiar y amado paisaje de sus viñas, ni el sol vivificador de aquella primavera manchega, pues tuvo que permanecer en cama.

Regresa a Madrid y, según él mismo nos cuenta en el prólogo de Persiles, se encontró con un estudiante pardal que acompañó el ritmo de su caballería al de la de Cervantes y que, enterado del nombre de aquel caballero flaco y enfermo, enfervorizado le dedicó grandes alabanzas: "Este es el manco sano, el famoso todo, el escritor alegre y, finalmente el regocijo de las musas". Enterado también de los males que aquejaban a Miguel, diagnostica hidropesía y le aconseja no beber porque su sed no se saciará ni con "toda el agua del mar Océano que dulcemente bebiese". Cervantes es un sediento en su larga agonía, como lo fue de comprensión y justicia durante toda su vida.

El malestar aumenta. Sigue escribiendo con dificultad el prólogo de Persiles, pero la pluma se mantiene firme en la mano que traza aquellas admirables palabras: "Adiós gracias, adiós donaires, adiós regocijados amigos que yo me voy muriendo...". Se va agotando en los días siguientes. Ya ni siquiera siente sed. Quienes le rodean ven que el fin es inminente y requieren a la familia de los caseros para que el escribano Martínez redacte el testamento y su hijo el sacerdote le administre los últimos sacramentos.

Se produce una escena semejante a aquella otra que él creó poniendo en boca de Don Quijote: "Yo, señores, siento que me voy muriendo a toda prisa, dejénse burlas aparte y tráiganme un confesor que me confiese y un escribano que haga mi testamento...".

Puestas las cosas en orden, las que atañen a esta vida y a la otra, el enfermo aún tiene fuerzas para pedir pluma y papel. Se había propuesto que su última obra llevase la dedicatoria al conde de Lemos y no está dispuesto a morir antes de hacerlo. Glosando unas coplas populares, escribe:

"Puesto ya el pie en el estribo

con las ansias de la muerte,

gran señor, ésta te escribo."

Durante toda su vida Cervantes fue un humorista y como tal se enfrentó con la muerte: "...el tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan...". Efectivamente, los segundos se escapan de las manos, pero no se siente abatido; todavía no abandona la idea de escribir la continuación de La Galatea y otras obras. La dedicatoria termina con la fecha: "De Madrid a diez y nueve de abril de mil seiscientos diez y seis", y a continuación su firma, la última. Muchos años ricos en vivencias han transcurrido desde el primer nombre garabateado sobre un papel allá en Córdoba, y éste último trazado en la agonía.

No sabemos los pensamientos que cruzarán por la mente del moribundo, pero tal vez pensó en las palabras del hidalgo manchego: "Señores, vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño". Nidos y pájaros soñados, ilusiones que no se han ido del todo, puesto que él esperó siempre, realidades tristes que acongojaron su vida. Todo estaba allí en los últimos momentos como estaban su mujer, su hija y su sobrina Constanza, el escribano y su hijo el sacerdote.

Cervantes es ya la misma estampa de Don Quijote. El escritor incorporado en la cama se ahoga. Es el 23 de abril de 1616; el llanto de quienes le acompañan indica que todo ha terminado. Es amortajado por los hermanos terciarios de San Francisco y emprende su último camino a manos de los cofrades de la Orden, que dejan su cara descubierta como es costumbre en dicha institución.

Francisco de Urbina dedicó "A Miguel de Cervantes, insigne y cristiano ingenio de nuestros tiempos, a quien llevaron los Terceros de San Francisco a enterrar con la cara descubierta, como a Tercero que era", el siguiente epitafio:

 

"Caminante, el peregrino

Cervantes aquí se encierra:

su cuerpo cubre la tierra,

no su nombre, que es divino.

En fin, hizo su camino;

pero su fama no es muerta,

ni sus obras, prenda cierta

de que pudo a la partida

desde ésta a la eterna vida,

ir la cara descubierta." 



Va por usted maestro de maestros.


 

jueves, 4 de diciembre de 2014

PASO A PASO dicen que se hace camino


Uno tiene cierta predilección por ese gran vasco, sobre el que el nacionalismo ha extendido un tupido velo, llamado D. Miguel de Unamuno, lo mismo le ocurre a su compadre Baroja entre otros. Y esa predilección se refleja en el retrato al pastel que le hice hace muchos años y que ya ha salido en este blog, más adelante un grabado y ayer por la tarde he terminado un retrato usando como modelo el ya comentado al pastel, he utilizado una técnica mixta, primero pirograbado quemando todo lo que se me pone por delante y terminado con acrílico blanco.

El culo inquieto del loco Sau siempre investigando (no se lo cree ni borracho) y tratando de mezclar vino tinto con blanco o la noche y el día o a la Bella que persigue por esos caminos del diablo, algún día la alcanzará pero posiblemente sea demasiado tarde.

Se ríe incluso de su sombra el tipo este que un día muy lejano encontró un nuevo juguete, la pintura en cualquiera de sus formas, menos la brocha gorda.







 Saudades – 2014




NOTA OFICIAL: De parte de la autoridad incompetente quedan prohibidas las alabanzas a la obra, por decir algo, del loco de las canillas al aire,  ¡RELECHES!!!
 
 


lunes, 1 de diciembre de 2014

HABLANDO DE TONTOS: ADÁN



 
Andaba el tonto de Adán mirando a unas musarañas que a su vez estaban mirando a un cernícalo que a su vez estaba mirando a la cernícala para ver la manera de pegarle una montadilla cuando Eva, que no podía estarse quieta y que siempre estaba tramando alguna, se acercó al árbol del bien y del peor y sin pensarlo dos veces cogió la más apetitosa de las manzanas, la serpiente se retorcía de placer viendo a Eva recogiendo el fruto prohibido y ofreciéndoselo al tonto de turno para que le pegara un muerde, cosa que hizo...  y se jodió.           

Con lo bien que estaba el Adán de los cataplines (cojoncillos en fino) sin preocuparse de nada, no pagaba a Hacienda para que otros lo despilfarraran, no pagaba Seguridad Social, no tenía que pensar en la jodía jubilación, no pagaba alquiler por el usufructo del Paraíso, no daba un palo al agua, todo le venía dado, como caído del cielo, de vez en cuando se regocijaba en el lecho con la inquieta Eva, y todo eso... se jodió.

Hoy día el Adán de los cataplines está más escurrido que la escoba de la tía Sinforosa que la tenía desgastada de tanto dar escobazos a todo el que asomaba la jeta, el pobre está en el paro, aunque eso es un decir, ya se le acabó el paro y no para de mirar para arriba a ver si le cae algo, pero sólo le cae de vez en cuando un excremento de gaviota.

Eva le ha dejado por un dirigente sindicalista que vive de puta madre, con coche oficial y secretaria y la tía todo el día con las amigas de tiendas por la milla de oro, arreglándose el moño o haciéndose las uñas en un establecimiento chino que se las dejan de colorines.

El Paraíso dicen que lo cerraron, ahora hay gente que vive en el paraíso pero son contadas las profesiones, la mejor y para la que no hace falta tener estudios ni luces es la de político, hubo un tiempo en el que los que se dedicaban al ladrillo se hacían de oro en un rato, pero eso se jodió, la burra no da para más, también es buena la profesión de banquero, ojo, no confundir con bancario, banqueros son los que administran el dinero de los demás y no existen administradores que se precien que no saquen tajada de lo administrado, luego están los descuideros, esos que como te descuides te quitan hasta las ganas de vivir, y por último existen cuatro pardillos que se dedican a trabajar para que vivan los políticos, los banqueros, los sindicatos y los descuideros, y todo, pero todo este desbarajuste se lo debemos a una mujer de cuyo nombre no quiero acordarme, pero como me acuerde lo pienso chivar.

¡La jodimos tía Paca!

 

Saudades - 2014